

Iglesia de San Donato in Castelli: "la Sixtina de Mayólica".
Una joya única en el panorama del patrimonio cerámico italiano
¿Dónde está?

¿Qué es y dónde está la iglesia de San Donato?
A poco más de un kilómetro del pueblo de Castelli, en las colinas de los Abruzos, se alza la pequeña iglesia rural de San Donato, una joya única del patrimonio cerámico italiano. Este pequeño santuario dedicado a la Virgen ofrecía cobijo a los pastores de paso con su modesto pórtico. Pero a lo largo de los siglos, su historia se entrelazó con el arte, la devoción y la artesanía de los ceramistas locales.
Un poco de historia
Entre 1477 y 1547, un monje benedictino, miembro de la noble familia Orsini, amplió la iglesia y encargó a la familia Pompei, famosos ceramistas, la realización de una extraordinaria bóveda de maiolica. En 1616, cuando se decidió ampliar aún más el edificio, las mayólicas originales ya no fueron suficientes: se retiraron y reutilizaron para pavimentar la zona delante del altar y luego, en el siglo pasado, se recuperaron y trasladaron al Museo de Cerámica de Castelli, donde hoy siguen contando su historia a quien quiera oírla. Los maestros ceramistas de Castelli, animados por la devoción y el orgullo de su arte, crearon una nueva bóveda aún más grandiosa. El resultado fue espectacular: una extensión de más de 800 azulejos de mayólica que cuentan la historia de toda una época.
Imperdibles: las mayólicas del techo
Mirando hacia arriba, el visitante queda cautivado por la belleza de las escenas que representan personajes, animales, flores, paisajes, símbolos astronómicos y geométricos, narrados con colores vivos y una sensibilidad renacentista. Este techo, descrito por Carlo Levi como "la Sixtina de mayólica", es una celebración de la artesanía y la fe colectiva del castillo.
Curiosidades
Los azulejos de mayólica llevan grabadas fechas y palabras que atestiguan el amor y la dedicación de la comunidad de Castelli. Una inscripción en latín recuerda: "El pueblo de la tierra de Castelli hizo este techo en honor de Dios y al mismo tiempo en perpetua memoria de la Santísima Virgen María". Fue una obra de devoción, pero también un símbolo de laexcelencia alcanzada por los ceramistas locales, que se reunieron en una cofradía para dejar a la posteridad un testimonio tangible de su arte.
San Donato no es sólo una iglesia, sino un lugar donde el tiempo, la fe y el arte se unen en un relato vibrante, capaz de dejar al visitante con la nariz al aire, perdido en un mosaico de colores y significados que desafían a los siglos.
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