SHARRYLAND
Nuestra Señora de Pietralba: el santuario de los hombres de la montaña
Un lugar tan sagrado que hasta los espíritus lo visitan en peregrinación
¿Dónde está?
Qué es y dónde está
El santuario de la Madonna di Pietralba se encuentra en la meseta de Regglberg, en el municipio de Nova Ponente/Deutschnofen, a 1.520 metros de altitud, en la frontera con el Trentino. Se puede llegar fácilmente en coche, pero también hay un largo camino de peregrinación que, en unas tres horas a pie, sube desde los 400 metros de la localidad de Laives/Leifers, en el valle del Adigio, a través de los bosques de montaña hasta el santuario. Su masa blanca se desarrolló horizontalmente para destacar entre la tierra y el cielo, elevándose hacia arriba con sus agujas de diferentes formas y colores.
Por qué es especial
No sólo la presencia del santuario, reconstruido en elegante estilo barroco entre los siglos XVII y XVIII, confiere al entorno un aura mística de profunda paz, sino que la propia zona en la que se alza el edificio sagrado es tan rica en color y belleza que el escritor Fiorenzo Degasperi la describió como "en sí misma un acto de devoción a la Divinidad".
Para no perderse
La iglesia-convento está rodeada de innumerables senderos que, entre pastos y bosques vírgenes, conducen a lo largo de la meseta hasta las laderas del imponente Corno Bianco/Weisshorn (2316 m. cuya cima de roca blanca dolomítica da nombre a la zona) o, hacia el este, hasta los cercanos valles de Fiemme y Fassa. Antes de emprender una excursión, no se puede negar una visita a la iglesia barroca del Santuario y elevar una plegaria ante la pequeña estatua tardogótica de Nuestra Señora de los Dolores, encontrada en un árbol, según cuenta la historia tradicional, por un agricultor local, Leonhard Weissensteiner.
Un poco de historia
En 1553, la Virgen se apareció al campesino Leonhard Weissensteiner, le curó de una enfermedad nerviosa y le pidió que le construyera una capilla, pero él se olvidó de ello. Sucedió que el granjero cayó a un barranco. Cuando lo encontraron, contó que la Virgen lo vigilaba y se le apareció de nuevo. Y esta vez Leonhard construyó la capilla, que pronto se convirtió en lugar de peregrinación. Hasta aquí la tradición popular. A partir de 1654, Pietralba fue ampliada y reconstruida en estilo barroco; tras un breve declive hacia 1782, a principios del siglo XIX volvió a convertirse en el centro de atracción espiritual que sigue siendo hoy para los habitantes del Tirol del Sur, Trentino y la zona del Agordino.
Curiosidad
Al entrar en la iglesia por el portal principal, en el techo de la galería de las mujeres, llama la atención un curioso fresco que cuenta la leyenda del señor del castillo de Cornedo, en Val d'Ega. Durante una peste, suplicó a la Virgen María que perdonara a su señorío, y así lo hizo. Olvidado de la gracia obtenida, el caballero volvió a una vida disipada. Pero la peste negra no tardó en llegar y pronto se introdujo en el castillo, matando a sus habitantes. Para cumplir el voto nunca cumplido, a medianoche de cada Nochebuena, una fantasmagórica procesión sale del castillo por el valle, terminando su peregrinación ante la estatua de la Virgen de Pietralba.
El rico interior barroco, una fiesta para los ojos
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