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El Festival de Cine de Brescello y la "Ruseda

Un festival que combina cine, sabor y leyenda

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¿Dónde está?

Emilia-Romagna

42041 Brescello RE, Italia (0m s.l.m.)

Cómo llegar
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El pequeño pueblo que hizo historia en el cine

El pueblo emiliano de Brescello se alza a orillas del Po, envuelto en la brumosa atmósfera de la Bassa reggiana. Aunque no encontrará Brescello en los famosos libros de Giovannino Guareschi, nada puede quitar a este hermoso pueblo su merecida fama de ser el pueblo de las historias de Don Camilo y Peppone.

De hecho, entre 1951 y 1955, Julien Duvivier, Carmine Gallone y Luigi Comencini rodaron en las calles del pueblo las cinco películas de la famosa saga. De este legado nace el "Festival de Cine de Brescello", el acontecimiento que consagra cada año el profundo vínculo y gratitud que esta pequeña ciudad siente hacia sus dos iconos.

FestivalEl Festival, de tres días de duración, se celebra en la plaza central de Brescello

El Festival de Cine de Brescello se mueve desde hace años entre los homenajes a sus iconos, el redescubrimiento de la historia del cine y las proyecciones de películas inéditas y nuevas apuestas. Tres días de proyecciones, que se alternan con debates animados por ilustres personalidades del mundo del espectáculo y del cine, preestrenos y talleres con películas antiguas vinculadas a Don Camilo y Peppone. La concepción y el proyecto son de Max Berni, con la administración y promoción de Jessica Guarino, Humnah Kalid y la Associazione Non Solo don Camillo.

La tortellata y la leyenda de la ruseda

La inauguración del festival de cine coincide con la festividad de San Juan Bautista, y el pre-festival se celebra precisamente con la "Tortellata di San Giovanni ", un momento de convivencia ineludible para toda la comunidad bresciana. La celebración del santo está vinculada a la leyenda de "Rusèda ed San Svàn", el rocío de San Juan, en el dialecto local.

TortelliLa preparación de los tortelli

Cuenta la leyenda que la noche anterior a la fiesta de San Juan, nadie se iba a casa: la gente se quedaba despierta para "ciapèr la rusèda", es decir, para atrapar el rocío, ¡que era capaz de curar males y hacer nacer nuevos amores! Su influencia parece haber sido decisiva para la conservación de las hierbas medicinales, pero sobre todo para el excelente éxito del Nocino, el típico licor local elaborado con nueces que debían recogerse justo cuando se bañaban en la "rusèda" de San Juan.

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