Villa della Porta Bozzolo, la villa de las delicias de la FAI

Para no perderse

La belleza de estas estancias es tal que no debe perderse la oportunidad de vivirla no sólo racionalmente: deje que las sensaciones le lleven atrás en el tiempo. El largo vestíbulo que conecta las habitaciones con la escalera, por ejemplo, me impresionó especialmente por su elegancia y su capacidad para infundir serenidad a quienes lo atraviesan. Empaticé con una dama de la época que paseaba por aquí y contemplaba el paisaje asomada a una de las ventanas. De las salas de trabajo, en cambio, me intrigó la riqueza de herramientas y utensilios presentes, que bien describen la vida de quienes trabajaban aquí.

Curiosidades

Otra inmersión en la vida real de los antiguos propietarios de la villa es echar un vistazo a un regalo de boda. De hecho, ¡un paseo por el interior! ¿Lo habría adivinado alguna vez? El parque se creó como homenaje a una nueva novia. Una parra, una rosaleda, árboles frutales, árboles ornamentales y varias capillas de oración adornan el jardín. Amplias escaleras y terrazas crean un entorno paisajístico y, al mismo tiempo, dan acceso a una amplia zona de césped y a la parte superior del jardín, que sube en zigzag bastante empinado por la colina.