Arrecife vivo - Esculpir el mar

Un poco de historia

Todo comenzó en 1992, cuando el escultor trevisano Sergio Longo decidió embellecer las rocas del acantilado con algunas de sus creaciones que representaban imágenes del mundo marino, despertando un gran interés entre los habitantes de Caorle y los numerosos visitantes que acostumbraban a dar un relajante paseo por la orilla del mar. El éxito de su iniciativa fue tal que, al año siguiente, el Ayuntamiento de Caorle instituyó el Premio Internacional "Scogliera Viva" (Arrecife Vivo), que desde entonces se celebra cada dos años y en el que participan escultores de todo el mundo. Con el paso de los años, se ha convertido en un museo al aire libre que hay que visitar si se está en Caorle.

Curiosidades

La contigua Iglesia de la Madonna dell'Angelo (originalmente dedicada al Arcángel Miguel, de ahí su nombre) es un santuario que, además de estar situado en una posición cuanto menos llamativa, entre el acantilado y la playa de Levante, es objeto de una leyenda local. Cuenta la tradición que unos pescadores encontraron una estatua de madera de la Virgen con el Niño flotando en el mar, a pesar de que descansaba sobre un pedestal de mármol; los únicos que consiguieron transportarla hasta la catedral de la ciudad fueron unos niños, pero desapareció al día siguiente, para ser inexplicablemente encontrada de nuevo más tarde en la pequeña iglesia junto al mar, que tomó así el nombre que aún hoy lleva.