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¿Dónde está?
Qué es y dónde está
En el corazón de Asís, justo en la Piazza del Comune, hay un edificio que destaca inmediatamente entre todos los demás. Se trata de la iglesia de Santa Maria sopra Minerva, también conocida como el Templo de Minerva. Un pronaos, esbeltas columnas corintias y un tímpano lo identifican inmediatamente como un edificio de la época romana. Un templo, para ser precisos. Del antiguo edificio sólo queda el pronaos de mármol y otros elementos que han sacado a la luz las últimas excavaciones, como los muros laterales y el muro de contención de tierra.
Por qué es especial
Es un lugar que asombra y confunde. La plaza no parece tan antigua, y cualquiera que piense en Asís la relaciona automáticamente con la Edad Media, la época de San Francisco. El Templo de Minerva, en cambio, se eleva sobre nosotros con su verdad: esta zona fue sagrada hace mucho tiempo. Pero, ¿cómo llegó intacto hasta nosotros? Sencillo, se adaptó a los tiempos, convirtiéndose también en prisión y sede municipal, hasta volver a ser lugar de culto cristiano. Una bonita confusión que ni siquiera escatima en su nombre: Templo de Minerva, derivado de una estatua encontrada en las inmediaciones, aunque al parecer estaba dedicado a Hércules.
Para no perderse
El interior consta de una nave de estilo barroco, adornada con estucos dorados, y un altar que retoma el motivo clásico de la fachada, todo ello coronado por la bóveda pintada al fresco por Francesco Appiani, un cielo celeste poblado de alegorías. El contraste entre el esplendor barroco del interior y las piedras desgastadas por el tiempo del exterior hace que la espiritualidad que se percibe en este lugar sea única, la hace eterna, como corresponde al que podría describirse como el lugar sagrado más longevo del mundo.
Un poco de historia
Algunos rumores afirmaban que el templo de Minerva fue erigido ocho siglos antes del nacimiento de Roma por Dardanus, una figura híbrida de la mitología etrusca y griega. En realidad, el templo se erigió hacia el siglo I d.C. en un lugar que ya se consideraba sagrado, tal vez debido a unas fuentes termales. Tras la caída del Imperio, pasó a ser propiedad de los monjes benedictinos del monte Subasio, y luego, en el siglo XIII, pasó a manos del municipio, que lo utilizó como prisión; en el siglo XVI se convirtió de nuevo en iglesia, dedicada a San Donato. Un siglo más tarde se convirtió en la iglesia de S. Maria sopra Minerva, tal y como la conocemos hoy.
Curiosidades
Un edificio tan peculiar fue representado varias veces en el arte. Giotto lo representó en el primero de los frescos del ciclo franciscano de la Basílica Superior, en el cuadro titulado "San Francisco y el hombre sencillo", pero otros ilustres artistas y arquitectos también lo dibujaron. Parece ser que fue una reproducción de Palladio la que fascinó a Johann Wolfgang Goethe, quien durante su viaje a Italia no pudo resistir la tentación y se acercó a Asís para contemplarla en la mañana del 26 de octubre de 1786.
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