Reserva Natural Regional de Navegna-Cervia

Qué es y dónde está

Se dice que lo importante no es el destino, sino el viaje para llegar a él. En cierto sentido, la cumbre del Monte Navegna, a 1.508 metros de altura, confirma y desmiente al mismo tiempo esta frase. Y es que estar aquí, con las 3.600 hectáreas de la reserva a nuestros pies, es una emoción tan fuerte que resulta casi difícil de manejar. Hay que sentarse y desandar con la mirada el camino que se acaba de recorrer, y es así como la alegría de haber llegado al destino se enriquece con la satisfacción de los retos afrontados, las sonrisas y los descubrimientos hechos en el camino, y viaje y destino se funden en un momento perfecto.

Porque es especial

Y es precisamente al recordar los pasos que uno da desde aquí arriba cuando el corazón vuelve a los bosques, hayedos y robledales, pastos y prados, castañares milenarios, paredes rocosas que enmarcan gargantas, torrentes y barrancos... y luego, a lo lejos, brillando con los reflejos del sol: los dos lagos artificiales de Salto y Turano, como para añadir magia a esta naturaleza que todo lo abarca. Ahora puede entender por qué la reserva también se llama "la terraza de los dos lagos ". Y los más afortunados también se encontrarán con un águila real, que hace su nido en el Monte Cervia.

Para no perderse

Un lugar tan hermoso también ha atraído durante siglos a los constructores de fortalezas y castillos. Por eso sucede que la vista se posa en aglomeraciones de rocas y piedras, que a menudo resultan ser antiguas ruinas, o incluso pueblos fascinantes y vitales, ricos en tradiciones, gentes hospitalarias y sabores inolvidables. Casi todos los pueblos están atravesados por una red de senderos de unos 100 kilómetros, que luego permiten volver a la naturaleza y ascender a las cumbres de las montañas.

La terraza de los dos lagos

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