SHARRYLAND
Plaza Carignano y Librería Internacional Luxemburgo
En la Turín más saboyana posible, uno se adentra en este lugar de cultura inconformista que ha visto pasar a grandes nombres de la literatura.
¿Dónde está?
Qué es y dónde está
El contraste es marcado... el entorno de la plaza es barroco, con la fachada curva del Palazzo Carignano y, en el lado opuesto, el edificio del siglo XVIII del teatro del mismo nombre. En el centro, la estatua de Vincenzo Gioberti, uno de los protagonistas del Risorgimento. Mirando por las ventanas, dos rótulos históricos: el restaurante Cambio (1757) y la heladería Pepino (1884), a su manera instituciones de la ciudad. Por último, en la esquina más alejada, uno reconoce la librería Luxemburg, con sus modernos escaparates perfilados en esmalte negro, y se fija en el letrero que reza "Libreria Internazionale - Librería Británica".
Por qué es especial
El logotipo de la librería representa un búho, símbolo de Minerva, diosa de la sabiduría, y también muestra el año en que abrió sus puertas, 1872. Esto bastaría por sí solo para animar a visitarla, pero es su papel de relais cultural, madurado bajo la última dirección, lo que la hace imprescindible para quienes encuentran placer en la lectura y la comparación directa. En definitiva, aquí se buscan libros, pero también se habla de ellos con el librero y otros clientes. En un momento histórico que hace de las librerías una categoría en peligro de extinción, es reconfortante encontrar un ejemplo de cómo podría invertirse la tendencia en otros lugares.
Para no perderse
La primera sala está dedicada a las novedades editoriales, que deambulan entre los mostradores, y a las editoriales italianas, en las estanterías de alrededor. Luego se atraviesa una puerta y uno se encuentra en la sección ilustrada del género más variado, de la arquitectura a la moda. Pero lo mejor está por llegar, porque una escalera de madera asciende finalmente a la sección de literatura en lenguas extranjeras, empezando por el inglés. Hay para todos los gustos, empezando por los grandes clásicos, incluido Harry Potter. El ambiente es apagado y es fácil perder la noción del tiempo mientras se hojean los libros antes de decidirse por uno.
Un poco de historia
La librería, fundada en 1872, tiene una historia marcada por dos fases: los primeros cien años como librería-editorial a la antigua usanza, bajo el nombre del fundador, Casanova, con el orgullo de haber dado a conocer a autores como De Amicis y Verga; después, a partir de 1970, como librería Luxemburg, con la idea de convertirla en una especie de club literario inconformista. Lo que sigue siendo hoy en día, honrada a lo largo de los años por el paso de grandes autores: Primo Levi, Philip Roth, Amos Oz, Allen Ginsberg, Jorge Amado... no hay más que ver los carteles y artículos que cuelgan de las paredes para hacerse una idea de cuál sigue siendo hoy su papel.
Curiosidad
La renovación del rótulo, en 1970, se debe a Angelo Pezzana, "librero, periodista, escritor, político". Es una pena que ya no esté entre nosotros, porque podríamos haberle preguntado por su elección para el nuevo nombre del negocio. Los que hoy están detrás del mostrador dicen que tiene algo que ver con los Jardines de Luxemburgo de París, un lugar muy querido por el fundador por alguna razón muy personal. Lástima que en francés se escriba Luxembourg. ¿Podría ser más bien una referencia a Rosa Luxemburgo? De hecho, la mujer que simbolizó el socialismo de preguerra parecería más cercana al espíritu de la librería, pero la pregunta sigue en el aire...
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