SHARRYLAND
¿Dónde está?
Qué es y dónde está
La iglesia de San Daniele aparece ante el visitante al llegar a la cima de la colina, enmarcada por los cipreses y la escalinata semicircular que conduce a la entrada. Por una parte, su posición garantiza el aislamiento y la serenidad que necesita la comunidad monástica que la habita; por otra, acentuada por las elecciones arquitectónicas, crea en el visitante que se acerca una sensación de asombro, suscita su respeto e invita a la reflexión.
Por qué es especial
Es precisamente el contexto naturalista en el que se encuentra lo que hace que este monasterio sea tan especial: San Daniele es una pequeña colina que, sobre todo en la estación otoñal, ofrece a los transeúntes los frutos del otoño, como setas y castañas, mientras que en primavera la gente se dedica a recoger flores de algarrobo. Una vez alcanzada la cima, podemos admirar la belleza arquitectónica de los edificios y el panorama que se abre a nuestros pies. El placer de pasear al aire libre se suma así al de descubrir un rincón de la historia y la belleza del territorio de las Colinas Euganeas.
Para no perderse
El primer edificio que llama la atención es la iglesia, pero a su derecha un pasillo nos conduce al museo. Muchos de los objetos recogidos en su interior hablan de la historia del propio monasterio, pero algunos parecen bastante fuera de lugar, por no hablar de las salas en las que se conservan: cinco habitaciones decoradas con estucos, tapices y muebles no precisamente de uso sagrado. Estas estancias son testimonio de un momento de la vida del complejo, cuando se convirtió en residencia de verano. Esto explica la elegancia y frivolidad de las estancias, que aún hoy despiertan asombro en quienes las visitan.
Un poco de historia
El monasterio se remonta a principios del año 1000 y perteneció originalmente a monjes benedictinos. Del siglo XIV al XVIII, la vida de este lugar transcurrió en fases alternas, entre florecimiento y crisis, alternancias de la orden religiosa presente y también reconstrucciones y restauraciones. La supresión de las órdenes religiosas a finales del siglo XVIII condujo a la venta de la estructura y a su transformación en residencia de verano. La iglesia fue reconstruida en 1711 y sigue acogiendo regularmente los oficios litúrgicos de las monjas benedictinas de la comunidad de Rijeka que se instalaron en San Daniele en 1948.
Curiosidad
Cuando un visitante entra en el museo, la primera sala que encuentra es la llamada "Sala del Fuego ". Llama la atención la particular distribución del espacio, dividido por columnas que culminan en un techo con bóveda de crucería. Estos elementos, más propios de un lugar de culto que de una villa, sugieren que aquí se encontraba originalmente la iglesia benedictina.
Paisaje desde la terraza del monasterio
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