SHARRYLAND
¿Dónde está?
Qué es y dónde está
Para los peregrinos que se dirigían al Santuario de Santa Maria di Leuca, De Finibus Terrae, Leuca Piccola era sin duda la parada más deseada: la última antes del destino final, la última antes de completar un largo viaje hacia la salvación del alma. Era un lugar de descanso y oración, ciertamente, pero también una encrucijada de los antiguos caminos de ovejas y un lugar rebosante de vida y comercio. Así lo demuestran las ruinas que dominan la plaza: junto a la pequeña iglesia con su imponente pronaos, los establos con pesebres, la herrería, los almacenes del mercado, la posada... todo abierto bajo grandes arcos (quedan 7 de los 10 originales). Y tres preciosos pozos de agua dulce.
Por qué es especial
Hay numerosas razones por las que me encanta este lugar. Los epígrafes llenos de curiosidades y anécdotas, las señales de viajeros grabadas en la roca, la idea de un "hospicio" para peregrinos, los frescos, los secretos, las leyendas... No deje de visitar las mazmorras o de subir al tejado para contemplar todo el Capo di Leuca. Y que le cuenten al menos la historia de los 10 P...
No se lo pierda
Fuera de la iglesia, a la sombra de un majestuoso algarrobo, un tramo de escaleras conduce a los hipogeos, salas subterráneas creadas excavando alrededor de los pozos existentes. Aquí los peregrinos se abastecían de agua para la última etapa de su viaje y podían descansar en pequeños nichos excavados en la roca. El humo de sus lámparas de aceite aún ennegrece las paredes. Un largo pasillo subterráneo cruza todo el lateral del camino hasta el tercer pozo, el menos profundo pero igualmente majestuoso.
Un poco de historia
Fue el sacerdote Annibale Capece quien construyó este "centro polivalente" en 1685. Era el vástago de la familia baronial Capece, señores feudales de Barbarano: su escudo de armas, el león rampante, luce orgulloso a la entrada de la iglesia. Su propósito era doble: dar la bienvenida a los peregrinos y, al mismo tiempo, prestigiar a su linaje.
Curiosidad
Como todo viajero y peregrino, tú también te detendrás a leer la inscripción de Don Annibale, en la fachada de la posada: "Ferma il piè, passegger / non dar più passo / che qui trovi commode rimesse / da Annibal Capece, il qual ci eresse / e le destinò pel forestier in spasso" (Detén el pie, viajero / no des más pasos / que aquí encontrarás cómodas remitidas / por Annibal Capece, que las erigió / y las destinó al extranjero errante ). Un verdadero manual de marketing turístico ante-litteram, escrito en las piedras de Leuca Piccola en 1709. ¿Y las 10P? Se las revelamos, porque siguen siendo muy pertinentes hoy en día: Primero piensa, luego habla. Porque las palabras mal pensadas acarrean castigo.
El pozo subterráneo. Leuca Piccola era el último lugar donde los peregrinos podían conseguir agua
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