SHARRYLAND
¿Dónde está?
Qué es y dónde está
Nemi es un encantador pueblo en el corazón del Parque Natural Regional de Castelli Romani que guarda celosamente una preciosa joya. Tras un breve paseo por la característica calle del pueblo, de repente las tiendas de artesanía y gastronomía dan paso a un espectáculo sobrecogedor. Es aquí donde se ofrece a nuestra mirada como una perla azul engarzada en el fondo de un cráter de escarpadas orillas boscosas: el lago de Nemi.
Por qué es especial
Lo que hace que este lugar sea tan evocador va más allá de su belleza paisajística. Ciertamente, uno puede quedarse embelesado durante horas ante tanta belleza y, en un día despejado, en el horizonte, ¡hasta la vista del mar puede parecer un espejismo! Pero el majestuoso paisaje no es la única prerrogativa de este lugar: las aguas del lago también hablan de historia, arqueología, cultura, ¡haciendo de la visita una experiencia realmente especial!
No se pierda
El lago se viste de fiesta en diversas ocasiones a lo largo del año. A las cálidas luces de Navidad le sigue San Valentín, con la encantadora vista del lago aún más especial gracias a las románticas decoraciones dedicadas a los enamorados. En junio, el Festival anual de la Fresa de Nemi enriquece la visita con sabrosas degustaciones y actos folclóricos y, por último, no se puede olvidar la noche de las antorchas de verano organizada en agosto, ¡un verdadero encanto!
Un poco de historia
Numerosos hallazgos atestiguan la presencia humana desde la época del hombre de Neandertal. Para los antiguos romanos era un lugar de veraneo no muy lejano, un bosque sagrado. Durante siglos, el fondo del lago guardó celosamente dos grandes barcos romanos construidos por el emperador Calígula y hundidos a su muerte. Recuperadas tras varios intentos, las naves se expusieron en el museo construido al efecto, pero un incendio las destruyó en 1944. En el museo a orillas del lago es posible admirar ahora la reconstrucción a escala 1:5 de las naves originales.
Curiosidades
En el recinto del santuario de Nemi, cerca del lago, crecía un árbol del que estaba prohibido arrancar cualquier rama. Sólo un esclavo fugitivo, si lo conseguía, podía romper una. En este caso, tenía derecho a luchar con el sacerdote y, si lo mataba, reinaba en su lugar con el título de rey del bosque, rex nemorensis. En opinión de los antiguos, esta rama fatal se identificaba con aquella rama de oro que Eneas arrancó por invitación de la Sibila antes de emprender su viaje al reino de los muertos.
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