La Riviera degli Angeli - Badolato

Un plató de cine perfecto

A pesar de los terremotos, Badolato ha conservado el aspecto de pueblo medieval que ha atraído el interés de la industria cinematográfica en los últimos años. Desde la empinada cresta, el actual Corso Umberto, las calles laterales se bifurcan, apretando las viejas casas en una pintoresca red de callejuelas y subterráneos pavimentados. En el punto más alto del centro, la Piazza Castello traza el espacio ocupado por el señorío normando que no ha resistido los embates del tiempo. Hasta dieciséis iglesias y numerosos palacios nobiliarios quedan como testimonio de la importante historia de la comunidad. Completan el cuadro las continuas vistas panorámicas.

Una iglesia con el mar de fondo

La lista de cosas dignas de atención sería larga, pero la que mejor refleja el espíritu del lugar es la Iglesia de la Inmaculada Concepción, consagrada en 1686 pero resucitada en la segunda mitad del siglo XIX en estilo neoclásico, todavía sede de una activa cofradía. Edificio característico, adornado con una cúpula octogonal con linterna, llama la atención por su emplazamiento, aislado como está en el extremo oriental del pueblo, en lo alto de una empinada escalinata que le hace parecer flotar en el aire. Como desde la proa de un barco, la vista abarca toda la costa desde el golfo de Squillace hasta el promontorio de Punta Stilo.

Aquella vez que llegaron los kurdos

Badolato saltó a los titulares nacionales en 1997 por la movilización humanitaria que siguió al desembarco en sus costas de un mercante con 825 refugiados, en su mayoría kurdos. Lo que siguió fue unexperimento de integración que atrajo el interés internacional. El más singular de los testimonios procede del director alemán Wim Wenders, que realizó un cortometraje dedicado a la experiencia de Badolato. "En Calabria, por primera vez, vi realmente un mundo mejor", dijo al presentarlo en Berlín en 2009 ante los Premios Nobel de la Paz.