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¿Dónde está?
Uno de los tesoros nacidos de las fértiles tierras del valle del Tanagro es el Carciofo Bianco di Pertosa o del bajo Tanagro, ya que se encuentra también en los territorios de los municipios de Auletta, Caggiano y Salvitelle, y son las aguas del río las que contribuyen a su cultivo. Esta variedad particular de alcachofa crece entre 300 y 700 metros sobre el nivel del mar, y es muy característica tanto por el color de las plantas, que, como su nombre indica, son especialmente pálidas, como por su sabor. Pero no nos precipitemos y dediquemos un momento a admirar esta pequeña joya de la tierra, que muchos consideran una hortaliza, pero cuya belleza no desfigura en composiciones florales con un aura rústica y auténtica. Para empezar, merece la pena fijarse en la coloración de sus hojas, cuyo suave verde se enriquece con reflejos blancos plateados. Sus flores son grandes, globosas y esféricas, sin espinas, con un característico orificio en la parte superior. Y, por si la belleza no fuera suficiente, también es una variedad muy resistente, sobre todo al frío.
Bonita y buena
Pero ahora toca ponerse manos a la obra y saborear este manjar del bajo Tanagro. Sus brácteas interiores son dulces y delicadas, características que la convierten en una alcachofa excelente para comer cruda, quizás en pinzimonio con aceite de oliva virgen extra de la zona. Aquí, alcachofas y aceitunas no sólo están cerca en el plato: incluso en el campo, pequeños campos de alcachofas, de apenas unos cientos de metros cuadrados, se alternan con olivares. Casi parece como si estas dos excelencias de la agricultura local no pudieran mantenerse alejadas la una de la otra.
La alcachofa blanca de PertosaEn el camino hacia el descubrimiento del Tanagro y sus tierras, merece la pena desviarse para degustar la alcachofa blanca de Pertosa, entre otras cosas porque no será fácil encontrarla: se cultiva en un número reducido de hectáreas, en su mayoría por agricultores que la cultivan en pequeñas parcelas en los límites de sus campos para su propio uso. Estas condiciones, sin embargo, confieren a la alcachofa blanca un alarde adicional: el reducido número y el amor de quienes las cultivan hacen que no se utilicen productos fitosanitarios en el proceso, con lo que, a pesar de la ausencia de certificaciones y normativas precisas, se obtiene un producto completamente natural, sano y de rico sabor. Son precisamente los cultivadores quienes merecen una mención especial: sólo gracias a su esfuerzo y a su amor por la tierra podemos seguir hablando del Carciofo Bianco di Pertosa, que hace sólo 20 años corría el riesgo de extinguirse y hoy es un Baluarte Slow Food de Campania.
No se puede negar, el Carciofo Bianco di Pertosa es verdaderamente una pequeña joya que hay que saborear a la primera oportunidad y un alarde para el territorio y la comunidad local. En resumen, es un candidato perfecto para el papel de representante de estos lugares. Y es precisamente para celebrar un producto con tantas cualidades y un potencial tan grande, que cada año, entre finales de abril y principios de mayo, se celebra la fiesta del Carciofo Bianco di Pertosa, un acontecimiento lleno de eventos y oportunidades para conocer, degustar y comprar la alcachofa blanca. Una cita ineludible.
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