Vinos Bivongi Doc

Vinos que se remontan a la Magna Grecia

Entre las muchas excelencias de Calabria, el vino es la que tiene raíces más profundas. De hecho, la región situada entre los mares Jónico y Tirreno se sitúa con razón en el centro dela antigua Enotria, la tierra donde los griegos, de la mano de la fundación de nuevas colonias a partir del siglo VIII a.C., introdujeron la vid en nuestra península. En el caso de la costa interior, la conmemoración conduce a la ciudad de Kaulonia, que se alzaba cerca de Punta Stilo, hoy en el municipio de Monasterace. Este fue el punto de irradiación de la viticultura en el valle del Stilaro, donde se encuentra Bivongi, hoy titular de una producción DOC en la que participan nueve bodegas de diez municipios a caballo entre la frontera de Reggio Calabria y Catanzaro.

Viñedos en terrazas en el interior del Jónico

Los viñedos están situados en la vertiente oriental de la cadena de las Serre, en la zona delimitada por las colinas costeras y los diversos cursos de agua que serpentean entre las crestas hacia el mar Jónico. La zona de producción abarca un territorio que cubre la franja jónica a lo largo de unos 25 km y se extiende más de 10 km hacia el interior. Desde las zonas costeras, las superficies aterrazadas se desplazan hacia el interior. La proximidad del mar es importante, ya que contribuye a moderar el calor estival. Además, la amplitud térmica entre el día y la noche provoca brisas matinales y vespertinas en verano, que minimizan el riesgo de adversidades. La producción incluye vinos tintos y rosados de uvas Gaglioppo, Greco Nero, Nocera y Calabrese, y vinos blancos de uvas Greco Bianco, Malvasia Bianca y Ansonica.

El Rosso Riserva, la máxima expresión del territorio

En el siglo XX, Calabria era apreciada por la producción de vinos robustos de alta graduación alcohólica, especialmente tintos de gran carácter, que en la zona de Bivongi se reconocen hoy en el Rosso Ris erva . Según la descripción de un productor de renombre, "este vino se produce a partir de variedades de uva autóctonas - Greco Nero, Gaglioppo y Calabrese - que reflejan el vínculo con el territorio. Tiene un intenso color rojo rubí con reflejos granates y muestra complejos matices de bayas y especias, junto con notas tostadas y minerales. En boca es amplio, con taninos aterciopelados y un final armonioso. Presume de una gran longevidad y una elegancia ejemplar".