De Auletta a Buccino

Puerta abierta de par en par en Romagnano al Monte: ni fuera ni dentro

Romagnano al Monte: fragmentos de aquel 23 de noviembre

Desde la distancia, todo lo que parece verse es una cresta bastante dentada, con picos de roca que se elevan desordenadamente de la montaña. Sin embargo, a medida que nos acercamos, la imagen que tenemos ante nuestros ojos se vuelve más clara: esos afloramientos rocosos a menudo envueltos en el verde de alguna enredadera son en realidad ruinas, y bastante recientes. En los cerca de 16 kilómetros que separan Caggiano de Romagnano al Monte, nos hemos encontrado con el Fiume Bianco, afluente del Tanagro, pero sobre todo hemos dado un salto de siglos, y hemos llegado a una época que muchos recuerdan: 1980. El viejo pueblo, ahora fantasma y museo de sí mismo, pide ser recorrido en silencio. Puertas y ventanas abiertas de par en par a ninguna parte y muros derruidos impiden distinguir interior y exterior. Las habitaciones, antaño centro de la vida familiar, permanecen ahora expuestas a la intemperie y a la mirada de quienes no pueden ni imaginar lo que sería tener que huir de casa una noche para no volver jamás. Pero la vida sigue, como atestigua la parte aún bien conservada y habitada de Romagnano al Monte, y también nuestra carretera. Nos lleva hacia el noroeste y nos sumerge en un pasado lejano.

El antiguo Volcei

Estamos en Buccino, un pueblo milenario: aunque a primera vista parece medieval, con un castillo normando, su verdadera riqueza es su patrimonio arqueológico, una historia que va desde el Neolítico hasta la época tardorromana. Visitando el parque arqueológico del centro o el Museo Arqueológico Nacional, ubicado en el convento de los Eremitani di Sant'Agostino, se entra en contacto con la antigua Volcei. Lo sorprendente, sin embargo, es el denso entrelazamiento de estructuras de distintas épocas, ¡casi un caleidoscopio temporal digno de una película!

La antigua Volcei

Después de un viaje tan exigente, es bueno regalarse una cena con delicias locales, y por eso hoy proponemos un plato sabroso y energético, el "Migliaccio Praianese ", cuyos ingredientes desvelamos: ziti y bucatini, sémola, manteca de cerdo, huevos, mozzarella o caciocavallo fresco, caciotta o pecorino, salchicha ahumada y un toque de canela...