SHARRYLAND
Colegiata de San Blas
Un baile de mármol y estucos dorados celebra el barroco de Finalborgo
¿Dónde está?
Qué es y dónde está
Si, paseando por el corazón de Fialborgo, una fachada de ladrillo, toda ella agujereada, le da ganas de seguir recto, deténgase, ¡está a punto de cometer un gran error! Mire más allá de las apariencias, aprecie las líneas claras y tranquilizadoras de sus volúmenes, y ese magnífico campanario octogonal con sus sutiles ventanas ajimezadas de dos luces... empieza a comprender, ¿verdad? A estas alturas, usted también puede oler ese pequeño aroma de tesoro escondido a plena vista... Sí, ha encontrado la Colegiata de San Blas, patrón de los cardadores de lana, uno de los cultos más antiguos de la ciudad. ¿Entramos?
Porque es especial
El interior es sobrecogedor. La gran nave está inundada de luz por los reflejos de los numerosos estucos dorados que se persiguen por las paredes y las columnas. Los espléndidos mármoles parecen haber perdido todo rastro de su dureza y naturaleza estática, tan enfrascados en una danza de líneas sinuosas, un verdadero canto al Barroco. A ellos se añaden estatuas, pinturas y frescos en un torbellino de formas y colores que haría perder el norte incluso a los mejores exploradores.
Para no perderse
Uno de los mejores ejemplos de escultura de la Colegiata es el púlpito, a la izquierda del portal, que representa una elaborada y escénica visión de Ezequiel, pero las sorpresas aún no han terminado. Fíjate en la balaustrada que separa el presbiterio del altar: ¿no te parece increíble que quien haya colocado el encaje haya conseguido que parezca que la sostienen ángeles de mármol? Lo sería, si no fuera porque en realidad incluso ese delicado encaje está hecho enteramente de mármol... ¡Un truco digno de un prestidigitador!
Un poco de historia
Una primera iglesia, dedicada al culto de San Blas, se construyó en las alturas de Rialto, hacia 1261, extramuros de la ciudad. Después, en 1372, la Comunidad decidió trasladarla al interior de las murallas: la iglesia, de estilo gótico, encontró finalmente su lugar en Finalborgo. Dañada por los genoveses a finales del siglo XVI, fue reconstruida en estilo barroco entre 1633 y 1650, con una fachada inacabada, y con una cúpula enriquecida con frescos entre 1870 y 1911. En 1949, el Papa Pío XII elevó la Colegiata a la dignidad de basílica menor.
Curiosidades
Muchas de las obras actualmente presentes en la Colegiata de San Biagio proceden del Convento e Iglesia de Santa Caterina y del Palacio del Tribunale, el primero, un complejo religioso utilizado posteriormente como prisión y hoy principal centro cultural de Finale. Pero no son los únicos "objetos importados": se ha descubierto que se utilizaron partes del Castel Gavone para la construcción de uno de los cinco altares de la nave derecha.
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