Cervo, el pueblo de la música junto al mar

No se lo pierda

Si hay un acontecimiento que resume toda la magia del pueblo, ése es sin duda el Festival Internacional de Música de Cámara ,, que celebra su quincuagésimo sexta edición. La extraordinaria pirámide arquitectónica, hoy desolada, que se eleva desde el paseo marítimo y trepa por la colina del mismo nombre, se puebla en julio y agosto de gente atraída por el festival de música. La variedad de géneros se expresa en una estimulante comparación de mundos musicales, incluso alejados entre sí, que invariablemente se unen para proporcionar emoción y entretenimiento a un público igualmente variado.

Un poco de historia

Fue el apreciado violinista húngaro Sandor Vegh quien se dio cuenta del potencial acústico de la plaza Corallini y del patio de la iglesia de San Juan, con su extraordinaria fachada cóncava. También se enamoró de la escenografía de la plaza. ¿Cómo culparle? En cualquier caso, el músico propuso un proyecto que en su momento, en 1964, fue ciertamente innovador. Hoy, tras un camino de crecimiento que comenzó hace más de 50 años, se ha convertido en una realidad estructurada, articulada en espectáculos musicales del más alto nivel que esperan asombrarnos y emocionarnos también a nosotros. ¿Nos vamos?

Curiosidad

No olvidemos que, además de la música, el mar también tiene su relevancia en la historia de Cervo, un pueblo medieval de pescadores. Desde el propio nombre de la plaza, conocida como "dei Corallini", intuimos este vínculo intrínseco. La recolección del coral fue uno de los recursos económicos fundamentales, gracias a los cuales, entre otras cosas, se pudo construir la iglesia de San Giovanni entre 1686 y 1722. Una tradición, la de la recolección, se vio interrumpida por un naufragio en el que murieron cien pescadores. Desde entonces, el pueblo recibió tristemente el nombre de "El pueblo de las cien viudas".