Bosco Mio, breve historia de un bosque urbano

Las abejas también adoran el Bosco Mio

Cuando las abejas hablan

Muchos animales, como era de esperar, han elegido el Bosco Mio como su hogar y en 2010 el bosque se convirtió en un "oasis protector" para la pequeña fauna: tejones, búhos, pájaros carpinteros, mariposas... Entre los animales del bosque destaca la industriosa comunidad de las abejas: 350.000 en 15 colmenas. Las abejas, como sabemos, son un ejemplo perfecto de ecosistema y tienen grandes historias que contar. En Bosco Mio, el apicultor Ivaldo y otros entusiastas son los portavoces, que nos reciben con entusiasmo para desvelarnos los secretos de la colmena. Incluso hay una colmena didáctica para explorar su interior. Y no puede perderse la miel, el propóleo y la jalea real, para degustar y, si lo desea, llevarse a casa.

Biodiversidad y comunidad

Muchos de los primeros árboles fueron plantados por familias de Senigallia para celebrar el nacimiento de sus hijos. Hoy, entre las muchas especies arbóreas del Bosco Mio hay también un árbol especial, el "Árbol del Recuerdo". Y surgen extraños brotes aquí y allá, códigos QR que hacen que los árboles "hablen " y nosotros sepamos un poco más. Junto a los bancos hay una casita para los libros, pero cuidado, no hay papeleras: es tarea de todos mantener limpio el bosque. Así pues, se ha convertido en un auténtico agregador de buenas prácticas y un laboratorio verde donde pueden tener lugar la integración, la educación, el arte y la música. Abierto a toda la comunidad, que lo vive como propio.