Pueblo de San Lorenzo del Vallo con castillo

Qué es y dónde está

En el corazón del interior de Calabria se encuentra un lugar que ha visto pasar, detenerse y partir a muchos pueblos. Todos han dejado huella de su paso, creando, con el tiempo, una maraña de callejuelas y casas de colores claros, grises y blancos en su mayoría, que se mezclan con los verdes de las plantas que puntúan y animan el paisaje y las notas terrosas de las piedras del castillo, que domina el pueblo. Bienvenido a San Lorenzo del Vallo.

Por qué es especial

Desde la antigüedad, aquí no sólo se han cruzado y sucedido pueblos, sino también culturas, como la greco-latina que se funde con la albanesa de los Balcanes. Esto se traduce en un estilo multiforme que recorre las calles del pueblo, hasta llegar al castillo: una mole cuadrada e imponente, reforzada por cuatro torres angulares, que se encarga de reunir y armonizar las distintas almas de San Lorenzo del Vallo. Pero ni siquiera este gigante es capaz de calmar a todos los espíritus, que se agolpan en las calles durante las fiestas populares para compartir los sabores y los recuerdos de la tradición.

Para no perderse

La tradición popular que caracteriza al pueblo es la fiesta de San Lorenzo, que se convierte en una ocasión para degustar el típico salami sanlorentino, soppressata, pan de leña, lagana, garbanzos cocidos al fuego y la sabrosa bruschetta tostada al fuego: grandes rebanadas de pan casero untadas con guindilla.

Un poco de historia

Los orígenes del pueblo no están del todo claros. Parece que en un principio hubo aquí un campamento romano, "Castrum Laurentum", a partir del cual se desarrolló el asentamiento. El acontecimiento más importante de la historia del pueblo es, de hecho, la batalla entre Espartaco y Craso a lo largo del río Esaro, que divide San Lorenzo de la encantadora aldea de Fedula. Durante mucho tiempo fue disputada por muchos pueblos: normandos, angevinos y aragoneses, y en el siglo XV fue también escenario de una importante migración albanesa que, sin embargo, no se detuvo por mucho tiempo. Un personaje digno de recordar es Alarcón Mendoza, primer propietario del castillo.

San Lorenzo en el Muro © Fuente

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